Ante las circunstancias extraordinarias que estamos viviendo
por la pandemia del Coronavirus, hoy os escribo de forma seria y desde mi
profesión como psicóloga. En España se ha decretado el Estado de Alarma y se
nos obliga al confinamiento en casa para frenar el contagio del virus y en
consecuencia el número de muertes y el colapso del sistema sanitario. Eso obliga
a reorganizar dinámicas y rutinas en las familias y a una convivencia forzosa
durante 24/7 a la que no estamos acostumbrados. Por eso me permito daros una
serie de recomendaciones para sobrevivir al confinamiento y no morir en el
intento.
Asume que no estás de
vacaciones.
Las vacaciones son un periodo de cierto libertinaje, en el
que “vagueamos” voluntariamente y aprovechamos para descansar y parar la
estresante rutina del día a día. Así, es muy fácil pensar en pasar este
confinamiento forzoso como si fuesen unas vacaciones, durmiendo hasta tarde y
alargando la madrugada viendo series, en pijama y comiendo mal y a deshoras,
total, “no tenemos nada mejor que hacer”. Pero es muy probable que al tercer o
cuarto día te hayas agobiado, se cambiarán tus ritmos circadianos y puedes
tener sensación de tedio, además de que, cuando la situación se normalice, te
costará mucho más volver a la rutina. Eso por no hablar de que, a diferencia de
cuando estás de vacaciones, no tienes plena libertad para entrar y salir de
casa ni para hacer muchas actividades.
Por eso es importante intentar llevar una vida, dentro de lo
posible, que te garantice rutinas y ocupación. Levantarse a una hora prudente,
mantener ciertas rutinas en horarios y comidas, y distribuir el día en
diferentes actividades, que deberían incluir: tareas domésticas, higiene
personal, ejercicio físico, estimulación cognitiva (leer, escribir, estudiar,
hacer sudokus…) y ocio personal y familiar. Si teletrabajas, delimita un
horario para hacerlo como si estuvieses en la oficina. De lo contrario, corres
el riesgo de trabajar demasiadas horas o no estar haciendo al cien por cien ni
unas cosas ni otras. Igualmente, es importante diferenciar las rutinas del fin
de semana de las de entre semana.
Con niños pequeños.
Si tienes niños pequeños, el confinamiento puede convertirse
en una auténtica tortura, y salir “un momento” al parque, la montaña o la
playa, algo muy tentador pero que no debes hacer. Vas a tener que dedicarles
tiempo y poner a prueba tu creatividad ¡y tu paciencia! Organiza su tiempo y
sus rutinas, intenta mantener sus horarios, ponles tareas de tipo intelectual
(leer, dibujar, deberes…), juega con ellos, mirad películas juntos, haz
manualidades, baila, etc. Es importante limitar el tiempo que pasan delante de una pantalla y estimularlos a hacer actividades en familia. Hazles participar de las tareas domésticas, cocina con ellos e incluso deja espacios para el aburrimiento que
estimulará su creatividad. Elaborad juntos un horario y colgadlo en la
nevera. Internet es una fuente inagotable
de recursos para hacer más llevaderos estos días, tanto a los mayores como a
los pequeños. Si teletrabajas, intenta adelantar cuánto puedas mientras ellos
duermen o ven alguna película y haz turnos con tu pareja.
Por otra parte, si tus hijos son muy pequeños seguramente les
va a costar entender lo que está pasando. No les mientas pero tampoco los
alarmes y no esperes a que pregunten para hablar sobre ello, aunque tampoco los
satures. Habla con ellos sobre sus emociones, dales mensajes claros, adecuados
a su edad y sus conocimientos, que les hagan sentir seguros y vivir el encierro
como algo divertido y una oportunidad para pasar tiempo en familia, un bien
escaso en nuestros tiempos. Te recomiendo leer estas
pautas que ha elaborado el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Cuida tu estado de
ánimo.
Esta situación genera incertidumbre y preocupación en
general, pero algunas personas pueden sufrir estrés y ansiedad, especialmente
por el hecho de tener que estar encerrado en casa o por el miedo al contagio. Además,
la convivencia ininterrumpida con nuestra pareja e hijos puede generar
tensiones y conflictos. Por otra parte, permanecer en entornos cerrados durante
mucho tiempo tiende a afectar nuestro estado de ánimo, haciéndolo variable sin
ningún motivo concreto o magnificando nuestras emociones, haciendo que vivamos
todo de forma más intensa.
Por eso este no es un buen momento para tomar decisiones
importantes en ningún ámbito ni para continuar las discusiones que puedan
surgir en casa. Diréis cosas de las que os arrepentiréis. Intenta ser flexible
y adaptarte a la situación, dejando para momentos de posterior normalidad
aquellas cosas que creas importante hablar.
Ocupa tu tiempo en actividades que te hagan sentir bien y, aunque
puede ser complicado, procura encontrar un espacio diario para estar contigo a
solas, haciendo lo que te apetezca, meditación, escuchar música, leer, tomar un
baño… En definitiva, el tiempo de desconexión familiar y social que en
circunstancias normales te tomarías o, como mínimo, te lo daría el simple hecho
de ir a trabajar o a la compra.
Aunque los desplazamientos están muy limitados, se puede
salir de casa a comprar, sacar el perro o tirar la basura. Haced turnos en la
familia para que todos aquellos que puedan salir solos lo hagan y puedan tomar
aire fresco. Si dispones de jardín, terraza o balcón, es una buena opción para
tomar el sol y el aire.
Igualmente, es vital mantener contacto con amigos y
familiares por teléfono o videollamada, especialmente si vives solo, así como
para mantener y reforzar las relaciones entre los niños y sus amigos, abuelos y
nietos, en caso de padres separados, etc.
Procura vestirte y arreglarte prácticamente como si fueses a salir a la calle. Verte todo el día sin peinar y en pijama te dará sensación de dejadez y puede afectar tu estado de ánimo y el de los demás. Prepara con mimo alguna comida o cena que pueda sustituir la salida al restaurante. En definitiva, cuida los detalles.
Respecto al Coronavirus, intenta mantener la calma y mantente
informado tanto de la evolución de la pandemia como de las medidas que vayan
tomando las autoridades. Para evitar caer en el alarmismo y la histeria
colectiva, busca fuentes fiables de información como los organismos oficiales y
deja los memes, vídeos y opiniones de las redes sociales para el sentido del
humor, que también es muy necesario para sobrellevar esta crisis. Ten en cuenta
que informarse no es lo mismo que obsesionarse. Dosifica el tiempo que dedicas
a saber o hablar del virus y procura ocupar tu mente con otros temas totalmente
distintos y que te sean gratificantes.
Si aun así sientes que te desbordas emocionalmente, pide
ayuda a tu pareja u otras personas de tu confianza y habla sobre tus miedos y
sentimientos. Por último, recuerda que siempre puedes recurrir a la ayuda de un
profesional de la psicología que podrá atenderte online o por teléfono.
Y por último, raciona
el papel higiénico!! 😂😂😂
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