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domingo, 29 de marzo de 2015

Qué llevamos las mujeres en el bolso

Enhorabuena. Los del género masculino que estáis leyendo este post estáis de suerte: os voy a descubrir algunas de esas curiosidades que tenéis acerca de nosotras, las mujeres, y de las que siempre os estáis quejando no entender o que no os las explicamos suficientemente bien.

Y es que, al hilo de la noticia que salió hace unos días en la prensa, sobre una señora que mató, descuartizó a su marido y lo llevó durante 6 años en el bolso, pensé:  ¡hay qué ver la de cosas que metemos en el bolso las mujeres!  Sé que muchos os morís de curiosidad por saber qué llevamos en el bolso, pero os adelanto que registrarlo es de muy mala educación, y no nos suele sentar muy bien. Y si os pillamos haciéndolo, peor. Imaginaos que abrís y os encontráis un cráneo o una mandíbula... ¡a ver cómo lo explicamos!

De todas formas, entiendo vuestras ganas de saber, porque el contenido del bolso de una chica dice mucho de quién y cómo es (¡y si no que se lo pregunten a los de CSI!). Tiene que ver mucho con su personalidad, indica lo que le preocupa, en qué momento de su vida está, cuáles son sus necesidades, qué es lo que considera importante.

Para empezar, hay que fijarse en el continente, esto es: en el bolso propiamente dicho. Los hay grandes, extragrandes, pequeños, medianos, minis... de tela, de piel, de pelo, de cuero, de esparto, de charol... lisos, con bolsillos, adornos, cremalleras, tachuelas, estampados... de mano, bandolera, mochila, asa corta, asa larga, con cadena... divertidos, formales, sobrios, originales, clásicos... carísisisisisisimos y de los chinos, y entre medias, una amplia gama. Atención, importante: de invierno y de verano. En este punto J siempre pregunta: ¿es que pasan frío las cosas que van dentro?  No, J. No, hombres del mundo. Es que el bolso tiene que ir a juego con los zapatos (preferiblemente) y con los colores de la temporada (imprescindiblemente): claros en primavera y verano, oscuros en otoño e invierno. Es una norma. No preguntéis.

Bien. Hasta aquí, os habréis dado cuenta ya de que una chica tiene mil millones de posibilidades ¡y de dudas! a la hora de elegir bolso. Porque hay un bolso para cada ocasión. Por eso tenemos tantos. Y no, no sirve la mochila del gimnasio para ir a la discoteca, ni el bolsito negro de noche para ir al trabajo, ni el del trabajo para ir a cenar con amigas.

Luego está el continente, lo que hay dentro. Bufff... aquí hay muchas diferencias individuales, pero hay una lista de imprescindibles que encontrarás en el bolso de cualquier mujer:

- el monedero. Normal, ¿no? A veces puede que haya dos, uno para la documentación, billetes y tarjetas y otro en versión mini para las monedas. Todo depende de lo pijo y de marca que sea el primero, que a más pijo, menos espacio para lo suelto, porque evidentemente, en high level no se usa cash, sino Visa Oro. De todas formas, a este paso todas las mujeres del mundo tendremos que llevar uno XXXXL solo para las tarjetas, porque hoy en día te dan tarjeta cliente/de puntos/fidelidad/blablablá hasta en la iglesia: sí, padre, vine ayer también... sí, padre, me tiene que poner el sello, que a las diez veces me toca el vinillo con la hostia... sí, padre, que soy cliente VIP y en el próximo divorcio tengo descuento...
- uno o dos paquetes de kleenex. Si puede ser de esos compactos, mejor, que ocupan menos.
- las llaves de casa y las del coche, como mínimo. Eso si no llevas las de casa de tu madre, de tu suegra y las del trabajo. También, el mando del garaje. Suelen ir con un par o tres de llaveros monos. Si no, no son dignas de ir en nuestro bolso.
- un kit de maquillaje de urgencia, compuesto, como mínimo, por rimmel, eyelinner, colorete, lápiz de labios y un espejito. Si no sabéis lo que significan las dos primeras palabras, no sois dignos de tener chica. Las más presumidas, o las que lo necesitan por su trabajo, llevan el kit completo superplus.
- un pequeño perfume, de esos que te dan de muestra cuando te gastas 300€ en cremas.
- una compresa o tampax. Nunca se sabe cuando la muy hdp te va a visitar, a ti o a una amiga desprevenida (tengo en mente un post sobre la regla. Proximamente).
- un boli y una pequeña libreta de notas. En mi caso no le había dado nunca tanta utilidad como desde que escribo el Blog. ¡Soy una esponja, anotando ideas de todo lo que veo!
- las gafas de sol. Si tienes los ojos claros, sin discusión. Aunque sea invierno. Sí.
- un mini costurero de urgencia. Cada vez que lo sacas del bolso porque jo, cuántas cosas llevo, voy a hacer limpieza,  es cuando te rompes las medias, se te salta un botón o te haces un siete en el culo.
- el móvil. Imprescindible. Antes te dejas el bolso que el móvil. Hay quién lleva dos.
- un paquete de chicles o caramelos.
- unos auriculares.
- un paquetito de toallitas húmedas. Multiusos. No preguntéis.
- un tubo pequeño de crema de manos.
- un mini neceser con drogas: ibuprofeno, paracetamol, antihistamínicos, laxantes, lizipaína... y tiritas.
- papeles viejos. Están, seguro. Pueden ser listas de la compra pasadas, abonos de transporte público caducados, entradas del cine o teatro, folletos de algún sitio que has visitado (zoo, museo, etc.), flyers de la última noche que saliste hace 1000 años...

Y luego están los opcionales:

- si la mujer pasa de cierta edad en que estamos más maduras, más buenorras y más inteligentes que nunca, las gafas para ver de cerca. Monísimas, en múltiples colores, y que nos dan un toque sexy que os hace babear.
- si fuma, tabaco y mechero. O dos, o tres. Por si acaso. Evidentemente, guardadito en un estuche o pitillera de lo más mona.
- a las que nos gusta escuchar música, podemos hacerlo con el móvil o llevar aparte un mp3.
- hay quién lleva también el Ipad, o Tablet.
- es altamente probable llevar un pen. Respecto al contenido del mismo, mejor lo dejamos a la imaginación.
- y a las que nos gusta leer, un libro o el ebook.
- las anoréxicas, o pseudoanoréxicas, siempre llevan encima una manzana.
- si es mamá de niños pequeños, el bolso es, en realidad, el bolsillo mágico de Doraemon. De ahí puede salir de todo: un chupete, un pañal, una botella de agua, una caja de colores, tizas, el Dalsy, un cochecito, una muñeca, una galleta mordida, la cartilla del pediatra, una piruleta, la Tablet de Dora la Exploradora, un potito, una bolsa de plástico, un babero, unas canicas, los tazos, mercromina, los cromos de la liga de futbol, unos calcetines y la pinza del cordón umbilical, que la guardamos ahí y ahí se quedó, en el fondo del océano.
- si es invierno, unos guantes, y si llueve, un paraguas.
- condones, lubricantes, y nuestro amigo el Delfín. Con la fiebre de Grey, seguro que este subapartado de los bolsos se ha vuelto muy creativo.
- las que pasamos mucho tiempo fuera de casa, seguro que llevamos algún snack: chocolate, galletitas, frutos secos, tortitas de arroz...
- las que tenemos el pelo largo, algún clip, goma u horquilla.
- si está en proceso de divorcio, o sospecha que su chico le es infiel, un boli espía.
- hay quién lleva su perrito y todo.

Y todo eso, en un bolso. Luego os preguntáis porqué llevamos los bolsos grandes, o porqué tardamos 20 minutos en encontrar vuestras llaves, o vuestro móvil, que también nos lo habéis dado para que os lo guardemos. Aunque es cierto que todo cabe también en los mini bolsos. Hacemos cursos intensivos y stages de fin de semana de Tetris, para aprender a organizarlos.

El caso es que los bolsos, además de bonitos, son prácticos, sobre todo para no parecer el muñeco Michelín por llevar las cosas en los bolsillos. Por algo será que últimamente los chicos también se apuntan a la moda de llevar bolso. Confieso, sin embargo, que personalmente odio llevar bolso, que lo llevo exclusivamente por necesidad y que los fines de semana, si puedo, prescindo de él, siendo yo la que le doy a J mi móvil, mi DNI y lo imprescindible. Aún recuerdo a una psicóloga psicoanalítica que se escandalizó cuando lo supo porque le daba mi identidad a mi chico (por lo de darle el DNI). Cuando os dije que Freud había hecho mucho daño no lo decía en broma.

Así que ya no hace falta que registréis los bolsos de vuestras churris. Misterio resuelto. Valga decir que esta es la perspectiva de una tía de mi edad. Seguramente los bolsos de las adolescentes de hoy en día y los de las yayas, son ligeramente diferentes. Las primeras, porque puede que incluyan apuntes, trozos de papel con el teléfono del último ligue, postales de One Direction o el grupo de moda, los brackets y los pantalones. Las dos últimas cosas se las quitan en el ascensor de casa y en su lugar se ponen una minifalda (que en realidad es un cinturón ancho) y la mejor de sus sonrisas para comerse el mundo. Las segundas, porque es probable que su neceser de drogas sea incluso más grande que el bolso, que incluyan además la dentadura, el Corega, la Viagra para el churri, un busca para localizar a sus hijos en caso de urgencia, pastillas Juanola, caramelos de miel y limón, un peine y una estampita de la Virgen del Carmen.

En fin. Tenía intención de hablaros también en este post de porqué las mujeres siempre vamos al baño en grupo. Sé que es un tema que ha dado hasta para algunos congresos. Pero como ya me he extendido bastante, vais a tener que esperar a otra ocasión.

3 comentarios:

  1. Bueno pero falto el bolso de tu madre.. super pequeño

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  2. Ja ja ja Yolanda. No t'hi has deixat ni una!!!

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  3. Juajuajuajua!!!!!! Sí señor!!!!! Toda la razón!!!!

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