Pijo/a: (adjetivo/despectivo/coloquial/España). Dicho de una persona que en su vestuario, modales, lenguaje, etc.,
manifiesta afectadamente gustos propios de una clase social adinerada. [Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española]
También conocidos como fresas (México), chetos
(Paraguay, Argentina y Uruguay), gomelos (Colombia), cuicos (Chile), sifrinos
(Venzuela), pitucos
(Perú), pipis
(Costa Rica), pelucones (Ecuador), jevitos (República
Dominicana), yeyés (Panamá), preppies
y valley girls (Estados Unidos) y caqueros (Guatemala).
Una pija no se hace; nace.
De hecho, una pija nace con el pelo largo (y liso), para poder moverlo
constantemente con sus aspavientos. De bebé, ya tiene sus uñas perfectamente
cuidadas de manicura, poco vello, la piel suave y sonrosadita, y, por supuesto,
sin arrugas. Sus primeras palabras suelen ser "o sea", que
habitualmente utiliza para decirle a su mamá algo así como...
o sea, mami, ¿de
verdad me vas a dar esa leche? Pues no la quiero, tiene que ser de primera
marca... de verdad, mami, qué horror...
Porque, por supuesto, las mamás pijas no amamantan a sus retoños. Prefieren
conservar intactas sus perfectas tetas operadas.
A las pijas las bautizan (todas las familias son religiosas y de derechas,
preferiblemente del PP), con nombres como Begoña, Maria del Pilar, Immaculada,
Sofía, María Teresa, Inés, Mencía, Mari Paz, Alba, María Victoria, Macarena...
Si son niños, Alberto, Mario, Borja, Juan Carlos, Íñigo, Gonzalo, Enrique,
Alejandro, Pelayo, Cayetano, Pablo... Y luego los llaman con diminutivos como
Cuca, Piluca, Marichu, Pitita, Vicky, Titín, Fufu, Tito, Puchu...
Así que la pija vivirá en una gran casa en urbanizaciones como La Moraleja o
La Finca (Madrid), La Fontana (Salamanca), Monteprincipe (Albacete), Los
Castellanos (Cáceres), Las Vaguadas (Badajoz), El Bosque o Carambolo
(Valencia), La gaviota (Sevilla), Sotogrande (San Roque), El Limonar (Málaga)…
o, en su defecto, en un pisazo en la parte rica de la gran ciudad: Pedralbes,
Sarrià o Sant Gervasi (Barcelona), Chamartín, Salamanca o Los Jerónimos (Madrid),
Abando (Bilbao), Nervión (Sevilla), Pla del Real (Valencia)…
Evidentemente, tendrán una segunda (o tercera, o cuarta...) residencia, en
Baqueira, Sierra Nevada, Ibiza, Marbella… cuando no en el extranjero: Niza,
Sicilia, París, Londres, Marsella… y los más pijos repijos, su barquito
amarrado en el puerto. Sus padres son abogados, arquitectos, directores de
periódico, banqueros, grandes empresarios o, directamente, nobles que viven del
cuento y del nombre de sus antepasados. Tienen cochazos (varios) de gama alta,
como BMWs, Audis, Mercedes... chacha(s), habitualmente interna y
preferiblemente filipina, y casi siempre niñera(s), que es la que se encarga de
su crianza, ya que su padre suele estar muy ocupado trabajando, viajando y
jugando al golf y al pádel y su madre emplea su tiempo en el salón de belleza,
el entrenador personal, el club social, los actos benéficos y de arte y
cultura, el tenis o el pádel, los brunchs con amigas y, en algunos
casos, hasta trabajan.
En este contexto, la niña pija va a colegios privados, carísimos, dónde en
realidad no importa lo que le enseñen, sino que sea muy muy caro, realmente
caro. Desde la más tierna infancia, aprende que todo (prácticamente todo) se
compra con dinero. ¿Que no apruebo? No pasa nada, viene papi a hablar con el
director, y me aprueban a golpe de cheque. ¿Que hago algún desperfecto? Pues lo
mismo. La pija crece pensando que es una persona distinta, especial, que puede
conseguir todo lo que quiere, ipso facto y sin ningún esfuerzo.
En efecto, los pijos se mueven por y para el dinero. Pertenecientes a esa
reducida clase privilegiada, miran por encima del hombro a quién no lo es. El
lema central de su vida es “tanto tienes, tanto vales” y por tanto, van con
actitud de perdonavidas por el mundo. Su mirada hacia alguien que no es de su
clan es de “cómprate un bosque y piérdete… ay no, que no te lo puedes comprar… jajajaja…
qué agudo soy”. Su único objetivo en la vida es aparentar, por eso, siempre
viste con ropa de marca. Evidentemente, no cualquier marca, sino las más
exclusivas, como Tommy Hilfiger, Polo Ralph Lauren, Thomas Burberry, Gant,
Hackett, Lacoste, Pepe Jeans, Belstaff, Guru, El Niño, Armani, Dolce &
Gabbana, Versace, Calvin Klein, Bloom, Babieca, Gap, Quicksilver, Roxy, The North
Face, Hollister... Y además de caras, tienen que ser discretas, es decir, no se
pondrán una camiseta con un Nike gigante, como haría una choni o un cani.
Por el contrario, suele tener un estilo bastante clásico. Ellos: pantalón
de pinzas, corto o largo, camisa o polo, jersey de lana o cachemir anudado en los
hombros, traje chaqueta y mocasines o náuticos. El estilo de ellas está menos
definido, pero suelen llevar vestidos vaporosos, faldas cortas, pantalones algo
ajustados, camisas ajustadas, preferiblemente blancas o rosas, pañuelos, gafas
de sol, tacones y muchos complementos con bolsos carísimos. Esto último es
imprescindible. Van siempre muy arregladas y maquilladas, y suelen ser muy
coquetas. En ambos casos, son esclavos de las modas, a las que siguen a pies
juntillas. Lo único que importa es llevar ropa muy cara y que no te vean dos
veces con la misma ropa.
La pija no tiene tema de conversación. "O sea" si buscas alguien con quién discutir por qué no hacen los aviones con el mismo material que usan para hacer las cajas negras, por qué si "cárcel" y "prisión" son sinónimos, "carcelero" y "prisionero" no lo son, o qué pasaría si un hermano siamés fuese declarado culpable de un asesinato y condenado a muerte en la silla eléctrica, aléjate de la pija, que igual le explota la cabeza. La pija es una persona superficial. Habla, mejor dicho, parlotea, de lo último que se ha comprado, de maquillaje, de las tendencias de moda, del grupo pop del momento y poco más.
Además, habla con ese tono nasal, medio gangoso, que la hace parecer monguer total. Utiliza muchas muletillas
y no sabe afirmar o negar como los mortales, con un “sí”, un “no” o un “no me
parece bien”, sino que tiene que hacerlo con mucho énfasis, para demostrar que
está exultante (recuerda, yolotengotodo),
o en absoluto desacuerdo. Así, utiliza mucho palabras y expresiones como: fenomenal,
súper, súper-súper, súper mega guay, es lo más, ideal, fantástico, divino, totalmente
(para decir sí), para nada (para decir no), forever forever, porfaplis (mezcla
de por favor y please)… Aunque si hay
una muletilla que le encanta es “¿sabes?”... puede decirla mil veces por minuto
y, por supuesto, mal pronunciada, en realidad dice “¿saes?”. En la misma línea,
le encanta enfatizar lo que dice. Para ello puede alargar las consonantes o las
vocales, “eres ssssssssssuperguapa” o “qué feeeeeeeeo”, marcar las sílabas, “es
pre-cio-so”, “im-presionante”, o gesticular continuamente con las manos, especialmente
para recolocarse una y otra vez su preciosa y larga melena.
La pija es educada, eso hay que reconocérselo, y raramente alza la voz (aunque
puede reírse como una cabra). Así, como decir tacos o palabras malsonantes es
barriobajero, las tunea a lo pijil… “jope” por “joder”, “gilipichis” por “gilipollas”,
“pupu” por “coño”, etc. También se inventa frases que se convierten en
talismanes pijos para expresar sus sentimientos más intensos, como “te lo juro
por la cobertura de mi móvil”, “te lo juro por la hierba que se come el caballo
de Ralph Lauren”, “a quién no le guste, que se lo coma el cocodrilo de Lacoste”…
Además, si es una pija muy pija, y, sobre todo, latina, habla spanglish, es
decir, mezcla continuamente el español con el inglés estadounidense:
hi, darling, good morning, cómo estás? I'm totally crazy!! No-te-lo-vas-a-cre-er!! Me ha
llegado un message de Tito al celular, que-quie-re-que-daaaar… It's amaaazing,
I'm in una nube!!! Es total!!
¿Y a qué dedica la pija su tiempo? Como se suele decir, no tiene oficio ni
beneficio, ni aspiraciones más allá de creer en Dior (lo siento, chiste fácil J). Como mucho,
sueña con vivir eternamente en Gossip Girl. Digamos que estudia, por supuesto
en institutos o universidades extranjeras… pero, en realidad, lo que hace es
hacer creer a papi que estudia, porque lo más importante del mundo (después de
no repetir modelito, of course), es
que papi crea que es “la hija perfecta”, requisito indispensable para que daddy siga abriendo el grifo.
Para divertirse, la pija hace lo normal, lo que hacemos todas, vamos... se
va de fin de semana a Paríííís, a una fiesta en un yateee, de sssshoppiiiiing,
a una pedida de maaaano, a una puesta de laaaargo, a la premier de una peeeeli,
a la disco dónde van los futbolistaaaasss, a un concierto de Bisbaaaal (en la
zona vip, por supuesto)... siempre con los modelitos más sencillos y
normalitos, cualquier trapillo que han encontrado por ahí... y cuando quiere
emociones fuertes, va a un festival de música grunge o rock, o se va a la playa
de la Barceloneta... ¡qué fuerte, man!
Grupo de pijas en un festival de música rock |
Pero todos tenemos un “lado oscuro”. Cuando los pijos salen de marcha, suelen comportarse con un desfase total. Como ya he dicho, con la cartera repleta de dinero y la creencia de ser seres superiores, van a por todas. Es habitual que consuman e inviten a alcohol y drogas (coca y pastillas, siempre cosas “de nivel”), eso sí, con mucho cuidado de no coger una pea que los arrastre por el suelo, que eso es propio de la chusma. En la disco o la terraza de turno, los pijos simulan que bailan con la copa en la mano (nunca cerveza), mientras intentan (y digo “intentan”) follar con todas las tías en un kilómetro a la redonda. Las pijas, sorben sus pajitas con delicadeza y se ríen sin parar mientras critican los modelitos de desconocidas y amigas y les hacen ojitos a los pijos que se las intentan follar, aunque en realidad quiénes les molan son los canis malotes que han conseguido colarse. Cuando salen, los pijos, ya borrachos, se pelean con los canis, todo con el objetivo de impresionar a las churris, a ver si finalmente, cuela el tema de follar.
Puede haber agresiones, detenciones, destrozos varios… pero tranquilos, los
niñitos perfectos tienen a sus papis perfectos, que vienen y los sacan del
calabozo sin más consecuencias, como mucho, algún golpe de talonario. Lo tienen
fácil: estos papis nacen con un gen que les hace creer todo lo que les cuentan
sus perfectos hijitos, ¿cómo, si no, podrían justificar su comportamiento?
Es que pá, vomité
en las sábanas, ¿saes?, por culpa de una hamburguesa que me sentó súpermal, ¿saes?
Te superjuro que no tomé nada de alcohol…
Papi, empezaron
ellos, ¡te lo juro por la bandera de España! Se metieron con Piluca y yo qué
iba a hacer, ¿eh? Yo no tengo la culpa de estar tan fuerte, ¿saes? o sea, por
el gym y eso… papi, ¿me habrá pegado alguna enfermedad venérea en el puño?
Ay papi, no es
culpa mía, ¿saes?, es el retrógrado ese del profe, que me tiene manía, porque
como eres un hombre taaaaan importante, y él es un don nadie… me hace la vida
im-po-si-ble, papi!!
A ver papá, ¿yo qué
culpa tengo de que se mueva la columna del párquing? Es que necesito un coche
nuevo, papiiiii, este me tiene manía, ¿saes?
En el afán por divertirse, a unos se les va más la pinza que a otros, como
al niñato de Barcelona que "jugaba" a dar patadas en las espinillas a
las chicas y tirarlas al suelo, como podéis ver en el vídeo a continuación. Es
lo que tiene estar podrido de dinero, que, como ya lo tienes todo, todo te
aburre y tienes que buscar nuevas formas de "estimulación".
En España tenemos varios ejemplos de pijas dignas de mencionar, y no son de
ficción, aunque lo parecen. La primera que me viene a la cabeza, es la
inspiradora de este post, Tamara Falcó, hija del marqués de Griñón e
Isabel Preysler, ya que hace unos días vi este vídeo y no me pude resistir... A esta chica
la sacaron del horno antes de tiempo, está claro.
Claro que, toda la familia Iglesias - Preysler son los reyes y reinas de
los pijos...
Julio Iglesias, el albañil venido a más, que se jacta de haber tenido relaciones sexuales con más de 1000 mujeres |
Isabel Preysler, la cazafortunas |
Chabelita... ¿la tonta? |
Enrique, que quiere ir de malote, con la gorra y la barbita |
Julito... la sombra de la família |
Otra pija sublime es Carmen Lomana, aunque, por lo que se dice por ahí, es buena tía y hasta culta. Tenemos otras como Tita Cervera (con mucho patrimonio y cero efectivo), su hijo y la esperpenta de su mujer, Eugenia Martínez de Irujo y todo su clan, con la matriarca Duquesa de Alba, Arancha de Benito, Sara Carbonero, Colate, Ricardo Bofill y tantos, tantos, tantos, que necesitaría cuarenta posts para hablaros de todos...
Carmen Lomana |
Arancha de Benito |
Eugenia Martínez de Irujo |
En la liga internacional, me vienen a la mente los Super Beckham, que Vicky se fue de Madrid porque olíamos a ajo, ya ves tú, que sabrás tú lo que es un buen allioli o una torrada con tomate, ajo y aceite de oliva!! ¡Anoréxica! que seguro que sólo comes apio... Te daba yo un cocido con tos sus arrestos, que se te ponían los ojos vueltos!!! jajajaja... Por supuesto, la Pau (Paulina Rubio), Paris Hilton, que está ahí entre ser pija y ser chonija, las gemelas Olsen, Taylor Swift, Sarah Jessica Parker, Hillary Duff, Ashley Tisdale...
Victoria Beckham |
David Beckham |
Paulina Rubio y Colate |
Ashley y Mari Kate Olsen |
Que, por cierto, ¿habéis visto a algún pijo/a feo/a? No, ¿verdad? Pues es
que Don Dinero lo arregla todo, como el papá de Catalana Occidente... y si no,
aquí algunos ejemplos... ¿os imagináis cómo serían sin lo que les proporciona
la pasta (léase maquillaje, tratamientos de belleza, ropa, compañía, poder,
estatus...)? Por ejemplo, siempre que he visto a Caritina Goyanes por la tele, he
pensado que debe ser la única chica obesa del mundo (junto con Montserrat
Caballé) a la que no le hacen el vacío, invitan a todas las fiestas, etc.... lo
cual no exime de que, seguramente, la pongan a parir a sus espaldas...(ojo, que lo digo con todo el respeto, que seguro que es una tía de puta madre... peroooo, ya me entendéis, si no tuviera la pasta que tiene, sólo sería "una gorda").
Caritina Goyanes |
Cameron Díaz, lo siento pero siempre me ha parecido horrorosa (y mala actriz) |
Álvaro Muñoz Escassi |
Y es que con dinero todo es más llevadero... En fin. Efectivamente, es otra
liga. En mi mundo, por eso, también hay pijos y pijas, más “cercanos” y con
menos pasta. Cuando iba al instituto, eran esos que llevaban mochilas Mistral y
jerseys Privata, que ponían pegatinas del Snoopy en la carpeta, se iban los
fines de semana a esquiar y a Spinnaker (la disco de pijos), esos a los que los
Hombres G les dedicaron tan fantástica canción...
Ahora que soy mayor, son esos que viven en casoplones, hacen dos o tres
viajes al año (sin contar "las escapaditas"), llevan a sus tres o
cuatro hijos a ver el Circo del Sol, el Rey León (a Madrid), a Port Aventura...
esquían, tienen un barco, cenan en restaurantes Michelín, etc. etc. etc...
pero, cuidado, entre estos pijos hay muchos "quiero y no puedo", gente
que intenta llevar ese tren de vida, pero vive de préstamo sobre préstamo, sólo
tiene un yogur en la nevera y debe los recibos de comedor del colegio público
al que van sus hijos. De esos, conozco unos cuántos.
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