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miércoles, 1 de abril de 2015

Zapatero, a tus zapatos

El otro día, camino del bus, vi a un anciano vestido de Prosegur en la puerta de un banco. Inevitablemente, mi mente se puso a escribir este post al que he titulado, "Zapatero, a tus zapatos".

Y es que hay muchas personas que desempeñan un trabajo para el que no están preparadas, o que, obviamente, ya no pueden realizar aunque un día lo hicieran. Por ejemplo, ese señor: rayano en el arcaísmo, con aspecto de Edadepiedrix, ¿cómo pretende defender al banco de un atraco? ¿Qué pasa, que ante el peligro se le abre la cabeza y le sale un pequeño alien, como en Men in Black? O tal vez utilice la peligrosa amenaza "¡Al suelo! ¡O te tiro la dentadura!"... No, no, no. Es como cuando ves a un guardia de seguridad con la barriga de Pavarotti. Es como si llevara un cartel diciendo Malotes, podéis hacer lo que queráis, que no os voy a alcanzar en la vida. No me dan confianza.


Es como cuando vas a la dietista y está gordita.  Que piensas, ¡so cabrona, me estás diciendo que coma lechuga y agua, cuando tú te vas a poner hasta el culo de lentejas con chorizo! Si tú no has podido conseguirlo, ¿qué garantías tengo de hacerlo yo?  No das confianza.

O en la peluquería: esa ayudante jovencita, con los pelos de uno o varios colores indefinidos, un corte que ella llama "original", un moño recogido de cualquier manera, o alopecia, que dices, ¿qué es, en plan slogan, mira cómo vas a acabar si no te peinas en mi pelu?... No, no. No das confianza. ¿Qué te vas a hacer hoy? Mmmm, mira, sólo venía a peinarme, algo sencillito, y sin plancha  (no sea caso que me pase como a Tori Locklear). Esto me hace pensar en esas chicas que estudian peluquería y que cada día aparecen con algún desastre nuevo en el pelo... esos novios, ¡lo que tienen que aguantar!  ¿Pili? ¿Maite? ¿Susana? Joer, ¡deja de cambiarte el pelo que no sé con quién he quedao!

Por no hablar de la cantidad de psicólogos que se ponen a ver pacientes sin tener ni pajolera idea, gente que se ha sacado la carrera en un búnker y ¡hala! ¡a ver internos!... claro, como no son personas, que más da si la cagamos. Gente que se ha sacado un máster y ¡hala! ¡me monto el chiringo!, o ¡hala! ¡me pongo a hacer peritajes! No, no dan confianza. Si la gente supiera en manos de quién se pone... ¿acaso dejarían que un recién licenciado en medicina trabajara en oncología, cardiología, o se pusiera a operar? Pero claro, como de psicología entiende todo el mundo... tampoco tiene que ser tan difícil eso de ponerse a dar consejos...  (esto me da para otro post, la rabia que nos da a los psicólogos cuando nos dicen ¡uy, pues yo, por mi trabajo, tengo mucha psicología!  Un día os hablo de eso).

O las feministas radicales en servicios de atención a la mujer/mujer maltratada. Que cuando entran las usuarias les regalan este kit de supervivencia militar... ¿qué te ha hecho ese perro? ¡¿cómo?! ¿que te ha dicho que le parece bien que trabajes? ¡Eso es esclavitud! ¿Y además te ha dicho que estás muy guapa? ¡Será cabrón! Tranquila, ya he avisado a los GEO, y ahora te voy a enseñar paso a paso lo que tienes que hacer. La primera lección es "cómo rebanarle los huevos de un solo tajo"; la segunda, "borra tus huellas"; la tercera... No dan confianza.

Es como el camarero que te trae el plato con las uñas sucias y los hombros llenos de caspa; el dentista que tiene los dientes amarillos por el tabaco; la dependienta de la tienda de tallas grandes que usa la 36; esa doctora de cabecera que se pone a mirar el Vademécum; el monitor de esquí con el brazo roto; la profe de Universidad que lee/dicta los apuntes en cada clase; el poli que paga sus compras en negro... Casos verídicos todos ellos. No, no me dais confianza.

Así que, en mi humilde opinión, todos tenemos ciertas habilidades innatas y otras que podemos cultivar. Y también limitaciones, que por más que lo intentemos, son inamovibles. Zapatero, a tus zapatos.  Cada uno a lo suyo. Bueno, menos los políticos, que pasan un casting para seleccionar a los más ineptos, inútiles, incompetentes, inadecuados... (y todo lo que se os ocurra que empiece por in -hasta "increíble", porque significa no-creíble -). Si, además, son chorizos, inmorales, mentirosos, hipócritas y psicópatas, puntúan extra. Sólo ganan los mejores de cada proceso de selección.

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