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viernes, 17 de julio de 2015

Cena de exalumnos: el pre.

Es un sábado cualquiera, estoy en la calle, cagándome en la nueva moda de las Shopping Night para fomentar el consumismo, como si no estuviera ya suficientemente fomentado. Está muy fomentado. Exageradamente fomentado, diría yo.


Se me acerca un vecino y a la vez amigo (existen, en serio):

- ¡Yolanda! Oye, ¿te han metido en el grupo?
- ¿qué grupo?  (¿el G8? ¿una secta? ¿soy la nueva presidenta de la escalera?)
- el grupo que se ha hecho de wasap... de cuando íbamos al cole... se está organizando una cena...
(¡¡¡diiiing diiiing diiiing!!! se encienden todas las alarmas) no sé de qué me hablas...
- ¡sí, hombre! ¡Si tú estás en el grupo! ¿No? Yo te he visto... ¿No estás? Sí... ¿no? (típico de los hombres, esa claridad en las ideas y en la exposición oral... me sorprende que no me haya dicho un "eeeh", "aaah") 
- no, no sé de qué me hablas...
- pues el dG, que me lo encontré el otro día y con el MG, y le dijimos, oye, ¿pa' cuando la cena de EGB? y ha organizado un grupo en el wasap con los que íbamos al cole ¡¡¡y se está liando una!!! Hay un montón de gente: la TC, el MG, el MB... (se ríe)  pues ahora mismo te añado...
(¡¡güiiiuuu, güiiiuuu, güiiiuuu!! Esto se pone serio...) bueno... yo... no sé si voy a ir, ¿eh?
- ¿¡Y eso!? (es más una exigencia mezclada con incredulidad que una pregunta)
- mmm... no sé... creo que no me apetece...
- bueno, ¡yo te meto!

Y me mete. Porque meter a alguien en un grupo de wasap es gratis. Y no necesita tu consentimiento. Y me cago en los creadores de wasap. Vaaaale. Me limitaré a observar. Y siempre puedo salirme cuando quiera. Que también es gratis, y tampoco necesita consentimiento.

Rayuela - Juego infantil de cuándo yo iba a EGB

Hay unas 15 personas en el grupo. Y empiezo a cotillear. Abro sus perfiles de wasap para ver las fotos. A algunos los he seguido viendo durante estos años, aunque apenas nos hemos cruzado un hola y adiós; otros, hace 31 años que no sabía nada de ellos. Otros, no tienen foto, o es de un animal, un hijo o una moto, con lo cual, tampoco sé quiénes son. Sé que, en el momento en que les ha aparecido en la pantalla "Se añadió a +34675......" ellos y ellas están haciendo lo mismo, mirando mi perfil. Pues lo van a flipar. Porque no me parezco en nada a la niña que fui. Tal vez me recuerden por el nombre...

Tengo sentimientos encontrados. Por una parte quiero saludar, decir ¡hey, hola, estoy aquí!  Por otro, quiero que algunos se mueran entre terribles sufrimientos. Y es que no tengo precisamente un buen recuerdo de mi paso por la escuela. A mí me hicieron bullying. Bullying del bueno, de ese que, de tan bueno que era, no se puede llamar con este nombre tan moderno e insustancial que recuerda a un restaurante de los caros, sino que era ACOSO. Puro y duro. Se metían conmigo; se aprovechaban de mí; muchos; chicos y chicas; y yo respondía de la peor manera posible: mostrando mi debilidad. Porque la fuerza de los acosadores reside en la debilidad de los acosados. Entonces no lo sabía.

Y no tenía nadie con quién compartir mi tristeza y mi sufrimiento. En esa época nadie hablaba de ello, eran "cosas de críos", y por supuesto, los padres no eran personas pacientes y comprensivas, que asistían a clases de preparación al parto, se preocupaban por tus necesidades y se leían el libro "Cómo hablar para que sus hijos le escuchen...". Ni siquiera te preguntaban cómo te había ido el día. Y si, por asomo, se te ocurría decir que alguien se había metido contigo, te contestaban eso de algo habrás hecho.

He tenido muchos años para pensar sobre ello y he llegado a la conclusión de que, en cierto modo, yo era una víctima fácil: gordita, con gafas, empollona y sensible. Era como si llevara una diana pintada en la frente: meteos conmigo. De hecho, estos días, en el grupo de wasap están subiendo muchas fotos antiguas y, cuando me veo, me digo ¡Dios mío! ¡Si es que, hasta yo misma me haría bullying!  Con esos pelos, las gafas de culo de botella, las faldas escocesas y los calcetines hasta la rodilla... jajajaja... Y doy mil veces gracias a un Dios en el que no creo, de que no existieran en aquél momento las redes sociales. Hubiera sido carne de cañón...

Pero eso no justifica su comportamiento. Ni quiero frivolizar con un tema tan serio. Hay gente que lo pasa realmente mal, gente que se suicida por ello. Hoy en día mi propio hijo sufre un poco de acoso en el instituto, y vuelvo a revivir con él la peor de mis pesadillas. Por eso quiero que se mueran.

Sin embargo, he crecido, creo que soy bastante madura, y además, he hecho un trabajo personal intensivo durante estos 30 años. Sinceramente pienso que ellos, como niños, no tenían la menor idea de cómo puede afectar eso a una persona. No creo, ni por un segundo, que hubiera maldad en ellos, que ninguno fuera un pequeño psicópata. Simplemente, para ellos sí que eran "cosas de niños", divertirse a costa de alguien, en vez de atender a las clases o jugar a policías y ladrones.

Gran parte de lo que soy, de cómo soy, para lo bueno y para lo malo, se debe a mi experiencia traumática en el cole. Aunque no sólo. También ha contribuido en gran medida un padre castrador, machista y poco reforzante al que, a pesar de todo, quiero. Y, cuando me miro, pienso, pues no estoy tan mal. Me gusto. Y compenso mi falta de atractivo físico con una inteligencia supina, una arrolladora manera de ser y un exhuberante sentido del humor... jajajaja...

No. Sinceramente, creo que ha llegado el momento de pasar página de verdad, de reconciliarme con mis fantasmas del pasado y dejar de ver a los adultos que me encuentro por la riera de mi barrio como aquellos críos que me hicieron la vida imposible. Y a medida que pasan los días, me decido a hablar en el grupo, y descubro que son divertidos, que son gente normal, ¡que me tratan normal! (¿qué esperaba, que enterraran una foto mía boca abajo en una maceta en una noche de luna llena?).

Y me doy cuenta de que sí, de que tengo ganas de ir a esa cena, cada vez más. Me apetece mucho volver a ver a las que fueron mis tres amigas de verdad, y a otras muchas personas de las que tengo grato recuerdo. Y me apetece también hablar con esos y esas de los que no lo tengo tanto, porque ya no quiero que se mueran. Forman parte de mi vida, de mi historia, de mi yo. No sería lo que soy sin ellos, sería otra distinta.

Y, probablemente, casi todos son ahora padres y madres, y seguro que entienden que lo que hicieron está mal y sufrirían si les pasara a sus hijos.Y no espero ninguna disculpa, ni quiero ir a esa cena para hacer una catarsis y decirles a todos lo mal que se portaron conmigo y lo mucho que he sufrido por su culpa (sí, sí, reiros, pero me contaron de una cena de antiguos alumnos en la que pasó). Sólo quiero ir, divertirme, reirme y conocer gente nueva, porque, después de 31 años... ¡¡¡coincidiréis conmigo en que es gente nueva!!!

Y sobre todo, sobre todo, sobre todo, por encima de todo... ¡¡quiero ir a esa cena para recoger material para mi siguiente post!! jajajajaja

Deseadme suerte.

PD. También he descubierto que tengo una pesisísima memoria... ¡¡No me acuerdo de la mitad de los nombres ni las anécdotas que explican!!

4 comentarios:

  1. Ole tus ovarios!!!! Insuperable como siempre!!!!

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  2. Que real Yolanda y que rebonito 👏👏👏👏 te entiendo aunque yo tampoco tengo muchos recuerdos de entonces ;-)

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  3. Aquesta vegada m'has tocat la fibra. Molt encertades les reflexions ja que com molt bé dius: després de tants anys és gent nova.
    I com molt bé analitzaràs, no recordes moltes de les anècdotes, perquè per tu van ser moments durs que la teva ment ha destriat per no patir.
    Com sempre genial!!!

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    1. T'hi podrias dedicar, a ser psicòloga... és justament això. Moltes gràcies bonica.

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